Arranque reivindicativo

La reordenación del sector público andaluz (Decreto-Ley 5/2010), controvertida y difícil, continúa sirviendo para que aflore una avalancha de injustas descalificaciones en los medios de comunicación acerca de la supuesta “administración paralela de enchufados” en las Empresas Públicas de la Junta de Andalucía. Un grupo de compañeros y compañeras de Egmasa antes, la Agencia de Medio Ambiente y Agua hoy, intentamos responder meses atrás. Algunas reflexiones se mantienen en el tiempo y otras aparecen nuevas en estas fechas:
– No se puede generalizar la falta de profesionalidad, atacando a la dignidad de todos los trabajadores de las empresas públicas. Es del todo injusto e inmerecido. En muchos casos, realizamos labores de especial particularidad o propia de expertos, para las cuales estamos formados, cualificados y capacitados, y esta circunstancia queda demostrada en el día a día de nuestro trabajo. Para el desempeño de estas tareas, podría decirse que la actual plantilla de personal funcionario y laboral no dispone de la necesaria cualificación profesional o resulta insuficiente.
– La crítica a que personas sin merecimiento ni dedicación estén ocupando puestos de trabajo en la Administración es legítima, probablemente esté más cargada de razón si proviene de los que no han tenido acceso nunca a empleos mínimamente dignos para los que están cualificados que de aquellos que, en el mundo laboral de hoy, son auténticos privilegiados. No deja de sonrojar, además, que algunos de los que protestan han sido beneficiados para acceder al funcionariado por los puntos acumulados en periodos de interinidad, por “oposiciones a medida” o incluso por “no-oposiciones”. Y no perderán su puesto de trabajo, jamás.
– Los fallos judiciales crean un clima de limbo que no beneficia a nadie. La clarificación del papel que deben tener en el trabajo para la Administración Pública el personal funcionario laboral, las agencias y las empresas privadas es fundamental pero afrontarlo en esta época de crisis con las expectativas de un gobierno liberal y quizá poco respetuoso con lo público o el medio ambiente resulta preocupante.
– El interés que nos mueve a los trabajadores de las empresas públicas es el de aportar nuestros conocimientos y profesionalidad en aras de un buen funcionamiento de lo público. Por respeto, nos ponemos en duda el trabajo que desarrollen o puedan desarrollar otros trabajadores públicos por sistema y de forma generalizada. Y pedimos que no se haga con nosotros.